Año | 1978 |
Género | Cortometraje 35mm, 12 minutos |
Obra | El consumidor |
Este cortometraje cerraba una trilogía del lenguaje surrealista y de crítica social.
El personaje se ve sumergido en un mar de ansiedades irresistibles que le lleva a comprar, cada vez más y más, nuevos productos de consumo.
FICHA ARTÍSTICA
Guión y dirección | Albert Vidal |
Producción | AP.C.Teide / Josep Maria Forn |
Ayudante de dirección | Maribel Melero |
Fotografía | Jordi Morraja |
Montaje | Teresa Font |
Vestuario | Rosa Español |
Intérpretes : | Albert Vidal |
Domènech Ràfols | |
Fuensante Alonso | |
Fèlis Puig | |
Toni Jodar | |
Xavier Collellmir | |
Carme Grau | |
Alvaro de la Peña | |
Just Martínez | |
Lluis Ayesa | |
Albert Puigmartí |
PRENSA
Mundo diario. Film catalán en Varsovia. Xavier -Daniel. 21 junio 1978
EL CONSUMIDOR
Una serie de situaciones teatralizadas nos denuncian esos conceptos genéricos que configuran esta «sociedad de consumo»: la oferta agresiva de los nuevos productos (electrónicos,electromecánicos,electromagnéticos, … sin los cuales nos sentiremos desgraciados, y que sin embargo su posesión acumulada puede alinearnos, …. Los personajes vehiculan «conceptos» arquetípicos, su actuación tiene un cierto aire de mimo. El contexto/decorado refuerza por su idoneidad y simplicidad esa plasmación intencionada de aquellos «conceptos»: un «600», turmix, teléfonos…
Una serie de manos impersonalizadas «ofrecen» primero, y obligan luego.
El film denota un muy buen nivel de producción, quizás un nivel desacostumbrado en el mundo de los cortos por estas tierras. La realización y actuación es también muy loable En fin es uno de los cortos más interesantes de la producción española.
Y, sin embargo, el público (¿quizá sea lógico?) primero se le nota incómodo, luego molesto y finalmente inicia una tímida protesta.
EL CONSUMIDOR es un film suicida. Su producción reclama la difusión dentro de los circuitos comerciales, y en la mayoría de salas su exhibición prologará o epilogará a la machacona serie de «spots» publicitarios. No es ninguna incongruencia, si acaso será una circunstancia difícilmente repetible, pues los exhibidores rechazarán el film. Es aquello de las piedras y el tejado propio.
EL CONSUMIDOR parte de la propuesta distanciada, ligeramente paródica, pero lo suficientemente cercana a la realidad cotidiana como para molestar al espectador. No reproduce la estructura del «spot» pero sí el contexto en el que se inserta. Es una representación irónica.
MARTI ROM.Cinema 2001. No.2. Madrid. 11/198