El consumidor

Año 1978
Género Cortometraje 35mm, 12 minutos
Obra El consumidor

Este cortometraje cerraba una trilogía del lenguaje surrealista y de crítica social.

El personaje se ve sumergido en un mar de ansiedades irresistibles que le lleva a comprar, cada vez más y más, nuevos productos de consumo.

FICHA ARTÍSTICA

Guión y dirección Albert Vidal
Producción AP.C.Teide / Josep Maria Forn
Ayudante de dirección Maribel Melero
Fotografía Jordi Morraja
Montaje Teresa Font
Vestuario Rosa Español
Intérpretes : Albert Vidal
  Domènech Ràfols
  Fuensante Alonso
  Fèlis Puig
  Toni Jodar
  Xavier Collellmir
  Carme Grau
  Alvaro de la Peña
  Just Martínez
  Lluis Ayesa
  Albert Puigmartí

EL CONSUMIDOR

Una serie de situaciones teatralizadas nos denuncian esos conceptos genéricos que configuran esta «sociedad de consumo»: la oferta agresiva de los nuevos productos (electrónicos,electromecánicos,electromagnéticos, … sin los cuales nos sentiremos desgraciados, y que sin embargo su posesión acumulada puede alinearnos, …. Los personajes vehiculan «conceptos» arquetípicos, su actuación tiene un cierto aire de mimo. El contexto/decorado refuerza por su idoneidad y simplicidad esa plasmación intencionada de aquellos «conceptos»: un «600», turmix, teléfonos…

Una serie de manos impersonalizadas «ofrecen» primero, y obligan luego.

El film denota un muy buen nivel de producción, quizás un nivel desacostumbrado en el mundo de los cortos por estas tierras. La realización y actuación es también muy loable En fin es uno de los cortos más interesantes de la producción española.

Y, sin embargo, el público (¿quizá sea lógico?) primero se le nota incómodo, luego molesto y finalmente inicia una tímida protesta.

EL CONSUMIDOR es un film suicida. Su producción reclama la difusión dentro de los circuitos comerciales, y en la mayoría de salas su exhibición prologará o epilogará a la machacona serie de «spots» publicitarios. No es ninguna incongruencia, si acaso será una circunstancia difícilmente repetible, pues los exhibidores rechazarán el film. Es aquello de las piedras y el tejado propio.

EL CONSUMIDOR parte de la propuesta distanciada, ligeramente paródica, pero lo suficientemente cercana a la realidad cotidiana como para molestar al espectador. No reproduce la estructura del «spot» pero sí el contexto en el que se inserta. Es una representación irónica.

MARTI ROM.Cinema 2001. No.2. Madrid. 11/198